jueves, 12 de mayo de 2011

Más aventuras de Brunildito

HOY: Brunildito y la pared

Nadie sabe bien cómo encontró Brunildito aquella pared. Ni él mismo lo sabe. Andaba por el suelo, porque allí lo había llevado la vida o hasta allí se había dejado arrastrar por ella, cuando la vio: una pared de tantos metros de alto por tanto de largo, bastante gruesa en apariencia, perfecta para apoyarse y descansar. ¡Y Brunildito necesitaba tanto una pared donde descansar!

Así que descansó.

Pasó cierto tiempo. Las cosas no nos sirven eternamente para lo mismo. En realidad, ellas permanecen iguales, pero somos nosotros los que cambiamos y pedimos a las paredes de siempre cosas nuevas. Esto mismo le pasó a Brunildito y decidió que era hora de dejar de descansar y comenzar a trepar la pared.

Ayudándose con un par de huecos y algunos ladrillos un poco más salidos que los demás, logró subir hasta arriba de todo. No le llevó mucho tiempo; Brunildito es ágil, o logró entender bien a la pared. Desde arriba, el suelo le pareció bastante más lejos que lo que suponía que iba a estar. Vio todo lo que veía siempre: los bancos de la plaza, la basura en la calle, la gente en la fila del colectivo. Parecía una coreografía desde lo alto. Como si un reloj manejara cada paso, cada movimiento, a un ritmo calculado a la perfección.

Y se le ocurrió mirar al otro lado de la pared.

Lo que vio lo sacudió entero. No puedo describirlo, porque no hay nadie más que Brunildito sobre esa pared, y Brunildito dice que no le alcanzan las palabras. Tiene ganas de saltar. Tal vez, "ganas" no sea la expresión adecuada. Tal vez sea mejor usar "deseo", "impulso", "necesidad".Pero se entiende, creo. Brunildito quiere saltar al otro lado. Está fascinado por lo que vio.

Pero tiene miedo. La pared es muy alta. Puede quebrarse una pierna, un dedo, o destruirse, quién sabe. Vuelve a mirar su lado y sabe que, si baja, lo que ahora es como una coreografía precisa marcada al compás del reloj se convertirá otra vez en el suelo sombrío y gris que lo cansaba de tal manera que Brunildito andaba buscando paredes donde apoyarse y descansar. 

Brunildito me mira con sus ojos grandes como burbujas y me pregunta:

     -¿Salto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario