jueves, 21 de julio de 2011

Futuras aventuras de Brunildito

HOY: Brunildito se va a Europa

Brunildito se acomoda en un hueco entre un pijama y un neceser de flores naranjas y rosas. Ve cómo la valija se torna cada vez más oscura. La tapa termina de caer sobre su cabeza. Escucha el zuuuup de cierre. Ya no ve nada más. Apoya su cabeza sobre un par de medias y piensa que su vida es como una pileta llena de cosas grandes. Obstáculos, sacudones, impulsos y cosquillas. Cosas alegres, cosas tristes, angustiosas o emocionantes. Pero siempre grandes. Siempre intensas, imposibles de pasar desapercibidas.

Con esto último en la cabeza, se queda dormido. Próximo destino: Frankfurt am Main. Viernes 22 de julio. 2011.

PD: La pared de Brunildito entra en la valija. No crean que ya se libró de ese problema. No tan rápido.

viernes, 15 de julio de 2011

Asteroide 325

"-Quisiera ver una puesta de sol... Hacedme el gusto... Ordenad al sol que se ponga...
-Si le ordenase al general que volara de una flor a otra como una mariposa, o que escribiera una tragedia, o que se transformara en ave marina, y el general no ejecutara la orden, ¿quién estaría en falta? ¿Él o yo?
-Vos -dijo el principito con firmeza. 
-Exacto. A cada cual hay que exigirle lo que puede dar. La autoridad descansa antes que nada en la razón. Si le ordenas a tu pueblo que se eche al mar, hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. 
-¿Y mi puesta de sol, entonces?
-Tendrás tu puesta de sol. Yo la exigiré. Pero, según mi ciencia de gobernante, esperaré a que se den las condiciones propicias". 

Antoine de Saint-Exupéry, El Principito

Todavía me pregunto si el rey era un buen gobernante o un mediocre. Sus palabras son sabias, pero el sol iba a ponerse, lo ordenara el rey o no. Igual, hoy me inclino más por el buen gobernante. A cada cual hay que exigirle lo que puede dar. La autoridad descansa antes que nada en la razón. Si le ordenas a tu pueblo que se eche al mar, hará la revolución.

jueves, 14 de julio de 2011

Igual o mejor

"Dejá el lugar igual o mejor de lo que lo encontraste. Las Latinoamericanas Unidas". Cartel que pegamos el verano pasado en un camping en Santa Teresa, Uruguay. 

Es una buena enseñanza. Dejar el lugar igual o mejor que como lo encontramos. Podés intentar dejarlo igual y ser de esas personas que cumplen las normas, que hacen las cosas como corresponde. No está mal. Podés también ser de los idealistas que sueñan con dejar cada lugar que pisan mejor que lo que estaba. Salvo, claro, que no haya nada por mejorar. Pero es difícil, ¿no? 

Dejar cada lugar que pises igual o mejor que como estaba. Un camping. Un aula. Una casa. Un cuarto. Una institución. Una familia. Un municipio. Un país. El mundo.

En la entrada de cada lugar (incluso en la entrada a esta vida), debería haber un cartel como este: 

"Señor: a usted se le dio el privilegio de poder estar hoy aquí. El lugar no es perfecto, entendemos que hay muchas cosas por cambiar. Puede tomar dos actitudes:
A) Si ensucia, limpie, si rompe, arregle, si se confunde, corrija. Cualquier persona, no decimos mediocre, porque suena despectivo, digamos común, puede hacer esto. 
B) Pero también puede jugársela un poco más e imprimir su huella positiva en este lugar. Puede parecerse a aquel anciano que plantaba palmeras de dátiles. Se acercó su vecino y le preguntó qué hacía plantando palmeras cuyos frutos nunca iba a llegar a ver. Y el anciano le respondió que gracias a otro soñador, que había plantado alguna vez dátiles sin poder disfrutar de ellos, él había podido alimentarse. Ahora era el turno de sembrar para que otros pudieran disfrutarlos mañana.

Esperamos que disfrute su estadía en este mundo".

lunes, 11 de julio de 2011

Where art thou?

Casi te toco en los hilos del aire.
Casi te toco y, a la vez, faltás.

La inconsistencia lógica es refutable en ciertos casos. O ciertos casos no encuadran en la lógica.

sábado, 9 de julio de 2011

La nube

Es como una nube. Sí, eso. Una nube que siempre está ahí, pero sólo ciertas veces podés participar de ella, volar, envolverte en su llovizna. Es difícil encontrar un método para participar de la nube... Pasa, así, sin demasiada regla o explicación lógica. Cuesta hasta ponerle nombre. Cuando está pasando, ahí decís: esto, es esto... pero es difícil anticiparlo. ¿Qué es lo que dicen que hacen las leyes científicas? ¿Explican y predicen? Esto claramente no responde, entonces, a una ley científica. Tal vez, después de varias experiencias de la nube, podés encontrar una suerte de momentos que dejan, más que otros, lugar para elevarse. En esa nube está todo. Póngale el nombre que quiera, pero ahí está todo. Con cierta música, por ejemplo, uno se llena de la nube, o la nube se llena de uno, pero la nube no es sólo esa música: es música, es tu abrazo callado hace tanto tiempo, es el paisaje visto desde la cima de una montaña una vez y nunca más, es un millón de rezos, es una lágrima. 

Podés olvidarte de que está hasta que vuelva a incomodarte todo adentro, hasta que sientas una mezcla de paz con inquietud y claridad, hasta que se te escape una lágrima y sientas que una lágrima es demasiado poco, porque todo un mundo dentro tuyo quiere salir, te grita, sale a volar y te lleva y entonces vas a volver a decir: 
-Ah. La nube. 

viernes, 1 de julio de 2011

Campaña ALOHA 2011

En Argentina deberíamos tener un "aloha" como el de los hawaiianos, que signifique "hola" y "chau" a la vez. Sería muy útil, por ejemplo, para saludar a la gente que te cruzás a las corridas en la calle... Nunca sabés si decir "hola" o "chau"; con "aloha", estaría todo solucionado. 

ALOHA 2011