lunes, 31 de octubre de 2011

De más allá II - Primitivos

Vamos a dejar de ser primitivos no cuando votemos a tal o cual presidente, a este senador o a aquel, sino cuando dejemos de esperar que venga un salvador y nos levante, cuando dejemos de depositar toda la responsabilidad por nuestro país en un grupo selecto de personas, como si el país no fuera en realidad nuestro, sino de otros. En algún punto de la historia delegamos ciertos poderes a determinadas personas para que nuestra sociedad no fuera un caos, pero no delegamos el país entero y las vidas de todos los que lo habitan. Vamos a dejar de ser primitivos cuando dejemos de creer que con pagar impuestos y respetar las leyes ya cumplimos con nuestro rol en el mundo. Cuando nos demos cuenta de que el país es nuestro país, que la gente es nuestra gente, que el cambio y el progreso están en nuestras manos no porque no nos quede otra, no porque haya un inepto que no se encargue (aunque es verdad que el mundo está bastante poblado de ineptos), sino porque estamos vivos y vivimos en comunidad. Vamos a dejar de ser primitivos cuando entendamos que somos los protagonistas de la historia y que no podemos dejar que la vida pase frente a nosotros como una película sobre la que no podemos incidir. Al fin y al cabo, es nuestra vida. 

miércoles, 26 de octubre de 2011

Crónicas de más allá I - Spotting

Sabés que es un juego, pero cuando te piden que cierres los ojos y te dejes caer hacia atrás, no es fácil confiar. Te dicen que hay alguien para sostenerte, pero sigue siendo difícil. Igual, no queda otra que jugar. Cerrás los ojos, cruzás los brazos y, despacio, te tirás. Caés y te da un poco de vértigo pero enseguida sentís cómo alguien te sostiene. Probás de nuevo, esta vez con un poco más de distancia, la caída se extiende un poco más antes de que te atajen. Y así un par de veces, cada vez más lejos, cada vez más adrenalina, y descubrís que esa es la mejor parte, la circulación rápida por todo el cuerpo y, enseguida, el descanso en los brazos de alguien más.

En el siguiente juego te toca acostarte como en un sarcófago y dejar que el resto del grupo te levante y te haga pasar a través de una red. Te toca quedarte quieta. Cerrás los ojos y sentís el vientito en la cara cuando te levantan. Aflojás todo tu cuerpo, cada músculo... ¡qué bien se siente dejarte llevar! ¡Qué bien se siente ahí arriba!



Te descubrís confiando.
Con lo que te cuesta. 
Sonreís adentro y esa sonrisa te transporta a algo más. 
Ahora corré y contale a Brunildito. 

sábado, 22 de octubre de 2011

Instantáneas urbanas

Un hombre calla a su hijo cuando empieza a cantar Manuelita en las escaleras del subte. Nunca hagas eso. Lo que sí podés hacer es abrir los brazos así, porque sí, mientras cruzás la 9 de Julio, y sentir cómo el viento te vuela un poco la camisa.

martes, 18 de octubre de 2011

Personas-fuente

Hay personas que son como fuentes. La Real Academia Española las llamó así, personas-fuente, porque está más preocupada por la corrección de las expresiones que por la creatividad. No es fácil identificarlas. Las personas-fuente no se muestran como son a todo el mundo. Cuentan  con un par de características básicas que, por supuesto, tienen pequeñas variantes según de quien se trate. La manera de reconocer a una persona de este tipo es comprobar, antes que nada, su inagotabilidad. Si la Real Academia Española me permite el uso de esa expresión. Es así, es básico; lo que una persona-fuente lleva adentro no se termina nunca. Usted se puede pasar horas y horas hablando con ella, años compartiendo la vida y, sin embargo, va a seguir encontrando cosas que brotan de la persona-fuente como el agua. Esto es elemental. Son personas de las que es muy difícil cansarse. Pueden hacer que te cuestiones cosas, pueden tener algún atributo que no te cierre, pero siempre aparece algo nuevo y tal vez sea por eso que no te cansen. A aquellos que nunca entraron en contacto con una persona de estas características les resulta difícil creer en su existencia. Pero los que cuentan con el honor de la experiencia saben que es cierto, que hay personas-fuente dando vueltas por el mundo. Personas junto a quienes no se acaban las preguntas, siempre hay algo más profundo y más alto por alcanzar, siempre hay nuevas cosas de las que reírse y nuevos proyectos que poner en marcha. Siempre aparece algún gesto en ellas que antes se te había escapado y alguna parte de su historia que aún quedaba por conocer. Siempre quedan ganas de vivir, aunque el futuro se vea negro. Tal vez el secreto sea que el futuro para y con ellas nunca es negro.

Y no queda más que dar gracias. Gracias porque existen las personas-fuente. 

domingo, 16 de octubre de 2011

Más Brunildito

HOY: "Llévese la vida que usted quiera"

Una cinta como la de los aeropuertos, esa que gira, donde buscás tu equipaje. Lo único, en lugar de valijas, esa cinta trae cosas. Eventos, personas, oportunidades. Así es la vida para algunos. Uno no tiene más que pararse junto a la cinta y esperar que llegue lo suyo, como cuando esperás la valija. A veces tarda, no entendés cómo todos van recogiendo sus cosas y vos nada... Pero algo llega al final. Siempre llega. 

Para algunos es eso, le dice a Brunildito el hombre del mostrador. El cartel en la puerta del negocio dice "Llévese la vida que usted quiera". Para otros la vida es más como la otra cinta de los aeropuertos, esa sobre la que te parás y te lleva, junto con todo tu equipaje. Avanzás sin moverte, te limitás a quedarte ahí, quieto. Una vida que te arrastra. También podés caminar sobre la cinta para potenciar tu velocidad. Pero, aunque no te muevas, siempre te va a llevar a algún lado.

La vida de Brunildito no es ninguna de esas cosas. Se parece más a una montaña, al recuerdo de una cima, a la certeza de un paisaje que vio con sus propios ojos y a la sorpresa y el desafío de tantos otros nuevos. Se parece más a una pileta o un mar donde no hay otra opción que nadar, y podés elegir quedarte en la superficie o ir hasta lo más profundo… Se parece a una pared que él está empecinado en saltar o no saltar, pero tal vez no se trate de un movimiento tan drástico. Puede que, de a poco, esté encontrando un camino o una escalera que lo lleve al mundo que hay detrás de esa pared sin necesidad de aquel salto que tanto lo asusta. Porque la vida de Brunildito no es sólo miedo… es también prudencia y un poco de confianza en la corriente. Porque sí, es como una cinta también, o como un río que trae cosas. Pero, en la misma medida en que la vida le trae cosas a Brunildito, él va dejándole otras, y eso es lo interesante. 

Sí, dice Brunildito. La mía está bien. Gracias, pero me quedo con esta. Y se va del negocio, a seguir en busca de nuevas aventuras.

martes, 11 de octubre de 2011

Pandas, tigres de Bengala y esto...

Darwin no se equivocó al presentar, en su teoría de la evolución, la idea de selección natural, que postulaba, ante determinadas condiciones impuestas por la naturaleza, la supervivencia de aquél que tuviera mayor capacidad de adaptación.

Hoy sufrimos la pérdida de una especie que no pudo resistir al paso del tiempo. Estamos hablando del Walkmanensis, especie que tuvo un auge reproductivo en los años ’80 y, apenas tres décadas después, está casi extinta.

El Walkmanensis –conocido vulgarmente como walkman o tocapaseo- pertenece a la familia de los Musicalae. Existe una discusión en el seno de la zoología acerca del origen de este animal. Algunas corrientes afirman que proviene de Brasil, por sus características típicas de animal tropical. Otras aseguran que se originó en Japón. Independientemente de su zona de procedencia, la especie se expandió rápidamente por todo el mundo, probablemente debido a su gran capacidad reproductiva.

El walkman se alimenta de fibras sintéticas dispuestas en forma de rollo o espiral, ingiriendo, además, el envase plástico que las contiene. Mientras realiza la digestión, emite sonidos diversos, dependiendo del tipo de alimento que haya consumido. Muchas veces, utiliza palabras humanas –eso sí, en una entonación diferente-, por lo que algunos científicos lo colocan en una posición privilegiada respecto al chimpancé –que suele considerarse el animal más cercano al hombre. Se desconocen sus hábitos reproductivos y, en cuanto a las razones de su extinción, se han desarrollado hipótesis variadas.

Algunos atribuyen su próxima desaparición al agotamiento de la fuente alimenticia del walkman, probablemente por cambios climáticos ligados al fenómeno del calentamiento global. Sin embargo, la hipótesis más difundida culpa al rápido desarrollo de nuevas especies más evolucionadas de la familia Musicalae: el conocido discman o Walkmanensis Sapiens y su último sucesor, el Walkmanensis Sapiens Sapiens, también llamado IPod, los cuales, con su inédita facilidad de adaptación y reproducción, han terminado por desplazar al walkman de su hábitat.

Organizaciones no gubernamentales alrededor del globo están comenzando a, valga la redundancia, organizarse en torno a la lucha por la supervivencia de esta especie a punto de desaparecer. “No queremos que suceda lo mismo que con los dodos”- afirma Panfilio Richards biólogo marino, vicepresidente de la Comisión de Especímenes Casi Extintos de la ONG Paz Verde-, “siendo testigos de esta extinción, debemos ponernos en movimiento para hacer algo y que las generaciones futuras no estudien en sus manuales de historia acerca de una especie magnífica que pudo haber sido salvada”.

lunes, 10 de octubre de 2011

Nuevas (en serio) aventuras de Brunildito

Al otro lado de la pared de Brunildito hay un cartel amarillo y negro como una señal de tránsito que dice:

"En este lugar se acepta únicamente un visitante a la vez.
Disculpe las molestias ocasionadas".

Ya está. Gracias a la afección que viene sufriendo hace ya un buen tiempo, esa que lo hace actuar de la manera exactamente opuesta a sus deseos más profundos, Brunildito acaba de ayudar a alguien a cruzar la pared y cree que esa persona lo logró, porque no volvió a verla. Así que, por lo pronto, no hay posibilidades de saltar. ¿Alivio o tortura?

Vamos, Brunildito, siempre vas a poder sostenerte en esa pared. Y mirarla. Y mirar lo que hay al otro lado. Podés dejar ese capricho absurdo. Hay muchas paredes y ríos y ciudades y plazas. 

Se golpea la cabeza. ¿Cómo pudo ayudar a alguien a saltar? Se golpea de vuelta. Podría haber sido él. Otra vez. Pero no pudo, por cobarde, y porque saltar implicaba sumergirse en el país de las maravillas o romperse en el intento (y romper alguna que otra flor en su caída), y Brunildito optó por cuidarse. 

Tal vez nunca hubiera saltado. Pero, de cualquier manera, ahora no puede. Aunque se anime, no puede. Porque la regla dice uno a la vez. Dicen que poner a los demás antes que uno es de buena persona. O de cobarde.

De buena persona. Esperemos que todo esto convierta a Brunildito en una buena persona. 

Por eso, nuevas en serio. Nuevas aventuras fuera de la pared. Gracias, fue muy grato, pero Brunildito necesita buscar nuevos desafíos.

viernes, 7 de octubre de 2011

La punta de la nariz

Hoy un perfume me agarró de la punta de la nariz y me llevó volando a donde estás vos. Y eso que estás lejos, eh... Así que vuelvo a intentarlo. Me hundo en el perfume. Y, en efecto, me lleva. Qué lindo es tenerte más cerca, al menos por unos segundos. 

martes, 4 de octubre de 2011

¿Enseñar?

Hoy, un ranking de pequeñas satisfacciones que te pueden dar tus alumnos. 

Que te deseen suerte en el parcial. 

Que te saluden en el pasillo con un "Hi Miss! You are beautiful" (ya está, me fui a una nube, no se esfuercen por bajarme).

Que te pregunten absolutamente todo. 

Que te acusen de madre ausente cuando les decís que te vas de viaje por segunda vez en el año. 

Que te digan que leyeron el blog que armaron entre toda la clase... Y que está buenísimo. 

Que hagan notar que te olvidaste de rezar. 

Que te pidan terminar el libro antes de que te vayas. Sí, un mes antes si es necesario. Por favor, Miss, queremos leerlo más rápido, así lo charlamos con vos. 

Y, en el primer puesto, sin lugar a dudas, que empiecen a descubrir Harry Potter. Entrar en la clase y verlos leer primero el uno, después el dos, y a las dos semanas el cuatro. Ayudarlos a ordenar las páginas de Harry Potter y la cámara secreta que se salieron porque el libro es viejo, ¡tiene como diez años!, y seguro ya pasó por una decena de manos de gente de mi generación. Prestarles Harry Potter y el prisionero de Azkaban porque no lo pueden conseguir por ningún lado y decirles que, más vale, te lo pueden devolver cuando quieran. Si quieren en el 2012, cuando se termine el mundo. Contarles de cuando tenías diez años y leías el primer libro, en la parte en que Vernon y Petunia se llevaban a Harry a una cabaña en el medio del mar, y había una tormenta fuertísima dentro de la historia y afuera también, contarles cómo escuchabas el ruido de truenos y postigones que se golpeaban contra tu ventana y sentías que estabas ahí, dentro del libro, en esa misma cabaña, oyendo esa misma tormenta. 

Después de eso, podés pedir pocas cosas. 
Dentro de ellas, poder seguir dando clases toda la vida. 

lunes, 3 de octubre de 2011

Gracias por la observación

Hablábamos de una novela que había empezado a escribir. Tenía casi toda la historia ya pensada, pero me costaba el final. Me preguntaste por qué y te dije que me parecía difícil ponerle un final a una historia de amor. Un final feliz podía quedar muy rosa, muy simplificado. Pero ¿un final triste? ¿Hacer que dos personas, después de buscarse y buscarse, no terminaran juntas? La cuestión pasaba por el concepto. Un final implicaba, sí o sí, la tristeza de algo que se terminaba. El final feliz era, en realidad, un no-final.

Me dijiste gracias por la observación.

Hoy te digo gracias por la experiencia. 

domingo, 2 de octubre de 2011

Progresistas

Los de Sociales somos gente progresista. Abierta. Cuestionadora del sistema. Por eso, si sos alumno de esta facultad, como mínimo vas a estar familiarizado con la lucha por la despenalización del aborto. Tenemos el puesto de libritos informativos en la entrada, tenemos el teléfono de emergencia pegado sobre las puertas de los baños y tenemos los carteles. Los gloriosos carteles con frases célebres como “las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo”. Dicen que para poder emitir juicios válidos sobre las cosas hay que conocerlas. Por suerte, lo que en Sociales no falta es información.

Es verdad; las mujeres tenemos, efectivamente, el derecho inalienable de elegir qué hacemos con nuestro cuerpo. Lo que tal vez estamos olvidando es que, en realidad, el concepto del embarazo implica que no es sólo el propio cuerpo el que está ahí. Es el cuerpo de alguien más. Si no, no sería embarazo, sería otra cosa. La discusión termina siendo, en el fondo, una pregunta: ¿qué es eso que se gesta en el interior de la panza de la madre? Y es difícil llegar a un acuerdo porque, muy a pesar de mis amigos positivistas, la respuesta pasa exclusivamente por una creencia. Y no hablo de la Iglesia sino de un concepto más general de creencia. Para usted, querido lector, ¿el niño por nacer es una persona? Tal vez para algunos no lo sea tanto. Suena duro, pero no creo estar exagerando. Porque si promoviéramos la despenalización del aborto y estuviéramos tan convencidos de que los niños por nacer son tan personas como nosotros, entonces estaríamos a favor del homicidio. Y no, ¡no sea radical!, permitir el aborto no es lo mismo que permitir el homicidio. Son cosas diferentes.

¿Son diferentes?

Cuando pensamos una sociedad mejor, me gusta creer que pensamos en grande, no en el mal menor. “De todas formas van a abortar, así que despenalicémoslo”. De todas formas la gente roba, así que legalicemos el robo. Legalicemos el odio y el racismo. Legalicemos la corrupción. Si la gente lo hace igual.  Es verdad que, de la mano del aborto, hay una red casi infinita de problemas que hay que solucionar de manera urgente. Pero no elijamos el mal menor. Pensemos en grande.

Lo que debilita un poco a los argumentos pro-vida es la incoherencia que hay en muchos movimientos. La agresividad, el desconocimiento de muchas realidades dolorosas. Entonces hay que empezar a ser coherentes. Trabajemos como país para cuidar la vida de todos, la vida en todas sus expresiones. Una sociedad que no cuida la vida no puede ser llamada progresista.