miércoles, 11 de mayo de 2011

Constitución Hollywood

Era una buena forma de conocerse dos personas en una película.

Ella se acerca al kiosquero y le pide un cortado. El kiosquero es ciego así que, al sacar un vasito de polietileno de la máquina de café, lo levanta en el aire y pregunta en voz alta:
-¿Para quién es el cortado?
-Para mí -responde, y estira su brazo para tomar el vasito. Recién ahí lo nota a él, parado junto a ella, casi pegado, porque el kiosco en hora pico de universidad está repleto -, ¿o vos también habías pedido cortado?
Él, muy caballero, le dice que sí, pero que no hay problema, que puede esperar al próximo. Ella insiste, él insiste, clásico ida y vuelta de cortesía. Al final, ella refuerza su posición de mujer con pantalones y termina:
-No. Es tuyo.
Él le sonríe y le agradece y tarda un poco más de lo normal en ponerle azúcar al café antes de irse a clase. 

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