jueves, 13 de septiembre de 2012

Hoy, música

-Si pudieras darte cuenta
Que al fin y al cabo
No hay más vuelta que dejar en libertad a quien se quiere-

Pedro Aznar - Rencor



miércoles, 12 de septiembre de 2012

Inglish de langüich of lav

El inglés tiene más marketing, no hay con qué darle. Hasta eso, la palabra marketing. Imaginate si dijera mercadeo, mercadotecnia, mercadeando, como quien dice. No, el inglés tiene más swing. ¡Caigo de vuelta! ¿Ves lo que te digo? Por ejemplo, situate en un bar. Es noche de karaoke, se acerca un chico/chica al micrófono con su guitarrita y pensás qué loco, mirá, es noche de karaoke y se trae la guitarrita. Estás tomando un trago en la barra, que si hablaras en inglés dirías bar, sentado en lo que llamamos un taburete alto (ta-bu-re-te) pero en inglés es stool y se acerca al micrófono este chico o esta chica que dijimos, con la guitarrita que mencionamos, y dice:

-Esta canción es para (TU NOMBRE).

Sí, a vos. Te está dedicando una canción que, cantada por los Beatles, dice así:

Love, love me do, 
You know I love you, 
I’ll always be true, 
So pleeeeeease, 
Love me doooo, 
Oh, love me doooo. 

Te enamorás perdidamente del susodicho, pero no sucedería lo mismo si la canción fuera en castellano, no señor, porque lo que se oiría por los parlantes sería más bien esto:

Ama, amame, 
Sabés que que te amo, 
Siempre te voy a ser fiel, 
Así que por favouououor, 
Amameeeeeee, 
Oh, amameeeeee. 

Con todo mi respeto hacia los Beatles; quien me conoce sabe que no puedo hacer más que respetarlos y admirarlos. Pero menos mal que nacieron en Inglaterra y no en Argentina, porque por más beatle que sea, si ese chico o esa chica te canta amame, por favouououor amameeee, yo creo –y esta es mi humilde opinión, no quiero pecar de soberbia- que vos salís corriendo.

Es así amigos. Think about it.


NOTA AL PIE: Acepto traducciones de canciones que corroboren o contradigan mi hipótesis. 

martes, 11 de septiembre de 2012

Crecer

Me piden que no me mueva demasiado y que no hable fuerte. Que sea simpático y los haga reír. Me dicen que mis problemas no son nada, no son problemas de verdad, que espere a ser más grande. Que no llore. Quieren que sea cariñoso y que no me limpie los besos del cachete. Me piden que tenga personalidad. Me retan si digo rojo en lugar de colorado y si les discuto. Me piden que sea sociable y que haga deportes y que me llene de amigos. Pero con esos no. Con esos que no me junte, porque sus papás no les gustan nada. Me piden que aproveche mis talentos y que los potencie. Me retan cuando digo cosas que, a su juicio, son estupideces, o cuando me visto como no les gusta, o cuando les pido que me lleven al teatro, o cuando soy un poco más inquieto de lo que esperaban, o cuando toco la guitarra muy fuerte o cuando elijo leer un cuento en lugar de jugar al fútbol -o jugar al fútbol en lugar de leer un cuento-. Me dicen que haga la tarea. Se preocupan si soy demasiado correctito. Me dicen que me preocupe por cosas de mi edad y hablan de problemas de trabajo enfrente mío. Cada vez que tengo una prueba, insisten en que no aprenda de memoria, que entienda lo que digo. Cada vez que cuestiono un reto que no entiendo, "porque soy tu padre/madre/profesor/autoridad y punto" es la única respuesta que recibo. Les gusta si soy creativo. Me retan si me distraigo. Me piden que no moleste. Se enojan si veo demasiada tele o estoy mucho en la compu. Me piden que crezca. Pero, capaz porque todavía soy chico, no entiendo mucho de qué se trata esto de crecer.