miércoles, 6 de abril de 2011

Barro

¿Viste cuando, por más que vengas portándote de diez, empezás a hundirte? No sabés cómo, no lo elegiste, quisiste ser ejemplar y, sin embargo, caés en el barro, en el mismo barro que caen esos que ni se ocupan, como vos, de ser ejemplares. Y caés en el barro sin haber metido la pata... la gente piensa que estás en el cielo, pero no, estás ahí abajo y ni vos sabés cómo llegaste. Tal vez es un deseo, un deseo que es sólo tuyo, lo mantenés en silencio, ni aspirás a hacerlo realidad, porque realizarlo, eso sí, es puro, puro barro. No vas a lastimar a nadie con ese deseo, no pretendés lastimarte ni a vos mismo. Pero sabés muy bien que ya el mero desear te hunde. Y es curioso, porque estás cómodo donde estás. No querés salir, porque el barro se siente bien... pero tampoco querés terminar de hundirte, porque nadie quiere ahogarse... No querés salir, así está bien. Sin embargo, también sabés que no podés durar mucho, no mucho más. Y entonces decís, ¿qué hago con esto? ¿Qué hago con este deseo, con este barro? No puedo deshacerme de él... entonces lo convierto en canción.

Me estoy hundiendo en el barro aunque me porte tan bien,
voy cayendo en lugares donde no debería caer.
Mi cabeza está llena de barro que un par de ojos dejaron entrar,
ojos que me atraviesan, me conocen, y no hay vuelta atrás,
ya no hay vuelta atrás.

Me estoy hundiendo en el barro, pero no quiero salir
(y no me quiero terminar de hundir).
Qué tranquilidad me da el barro, aunque se acerque mi fin
(y si me hundo, es muy cercano el fin).

Quise volar a otro lado
Y cuanto más quiero subir, más me entierro hasta el cuello,
Cuando lo intente no voy a poder salir.

Me estoy hundiendo en el barro, pero no quiero salir
(y no me quiero terminar de hundir).
Qué tranquilidad me da el barro, aunque se acerque mi fin
(y si me hundo, es muy cercano el fin).

PD.: Tal vez sea verdad que estamos hechos de barro.

1 comentario: