jueves, 22 de septiembre de 2011

Deducciones primaverales

La proporción de estudiantes que viajan en tren todas las mañanas desde Bella Vista directo a la facultad es  mínima. Lo confirmó Sherlock ayer, cuando tuvo que viajar parado y luego apretado cual sardina en el subte, a pesar de que hubiera asueto en todos los colegios y universidades. Además, ir a tocar la guitarra y a tomar mate (si no otras bebidas un poco más censurables) en Avenida Francia (no confundir con Plaza Francia, esto es para entendidos del pueblo) está dentro de los cánones de comportamiento primaveral. Lo que claramente no lo está tanto es hacer rondas en trencito y bailar "en ti puedo ver la libertad, tú me haces sentir que puedo volar", pintarse flores y corazones en la cara y que un hombre gane el premio de rey de la primavera por su atuendo tan acorde. Es verdad que el amor florece en primavera cual rosa roja (¿por qué le ponen "rosa", si hay de todos colores?), hay una persona que debería sentir un guiño o una puñalada en la nuca si lee esto. Y la última no es una deducción. Es una confirmación. Los ritos son necesarios y están buenísimos; si no, vengan a pedirnos que dejemos de festejar la primavera como hace seis años la venimos festejando.

Seis. Nos pusimos viejas. 

1 comentario:

  1. ajaj muy bueno, yo que pensaba que ya se había perdido la mística primaveral. Naaah se vino con toda

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