jueves, 14 de julio de 2011

Igual o mejor

"Dejá el lugar igual o mejor de lo que lo encontraste. Las Latinoamericanas Unidas". Cartel que pegamos el verano pasado en un camping en Santa Teresa, Uruguay. 

Es una buena enseñanza. Dejar el lugar igual o mejor que como lo encontramos. Podés intentar dejarlo igual y ser de esas personas que cumplen las normas, que hacen las cosas como corresponde. No está mal. Podés también ser de los idealistas que sueñan con dejar cada lugar que pisan mejor que lo que estaba. Salvo, claro, que no haya nada por mejorar. Pero es difícil, ¿no? 

Dejar cada lugar que pises igual o mejor que como estaba. Un camping. Un aula. Una casa. Un cuarto. Una institución. Una familia. Un municipio. Un país. El mundo.

En la entrada de cada lugar (incluso en la entrada a esta vida), debería haber un cartel como este: 

"Señor: a usted se le dio el privilegio de poder estar hoy aquí. El lugar no es perfecto, entendemos que hay muchas cosas por cambiar. Puede tomar dos actitudes:
A) Si ensucia, limpie, si rompe, arregle, si se confunde, corrija. Cualquier persona, no decimos mediocre, porque suena despectivo, digamos común, puede hacer esto. 
B) Pero también puede jugársela un poco más e imprimir su huella positiva en este lugar. Puede parecerse a aquel anciano que plantaba palmeras de dátiles. Se acercó su vecino y le preguntó qué hacía plantando palmeras cuyos frutos nunca iba a llegar a ver. Y el anciano le respondió que gracias a otro soñador, que había plantado alguna vez dátiles sin poder disfrutar de ellos, él había podido alimentarse. Ahora era el turno de sembrar para que otros pudieran disfrutarlos mañana.

Esperamos que disfrute su estadía en este mundo".

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