martes, 11 de septiembre de 2012

Crecer

Me piden que no me mueva demasiado y que no hable fuerte. Que sea simpático y los haga reír. Me dicen que mis problemas no son nada, no son problemas de verdad, que espere a ser más grande. Que no llore. Quieren que sea cariñoso y que no me limpie los besos del cachete. Me piden que tenga personalidad. Me retan si digo rojo en lugar de colorado y si les discuto. Me piden que sea sociable y que haga deportes y que me llene de amigos. Pero con esos no. Con esos que no me junte, porque sus papás no les gustan nada. Me piden que aproveche mis talentos y que los potencie. Me retan cuando digo cosas que, a su juicio, son estupideces, o cuando me visto como no les gusta, o cuando les pido que me lleven al teatro, o cuando soy un poco más inquieto de lo que esperaban, o cuando toco la guitarra muy fuerte o cuando elijo leer un cuento en lugar de jugar al fútbol -o jugar al fútbol en lugar de leer un cuento-. Me dicen que haga la tarea. Se preocupan si soy demasiado correctito. Me dicen que me preocupe por cosas de mi edad y hablan de problemas de trabajo enfrente mío. Cada vez que tengo una prueba, insisten en que no aprenda de memoria, que entienda lo que digo. Cada vez que cuestiono un reto que no entiendo, "porque soy tu padre/madre/profesor/autoridad y punto" es la única respuesta que recibo. Les gusta si soy creativo. Me retan si me distraigo. Me piden que no moleste. Se enojan si veo demasiada tele o estoy mucho en la compu. Me piden que crezca. Pero, capaz porque todavía soy chico, no entiendo mucho de qué se trata esto de crecer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario